Ustedes dirán cómo se puede seguir culpando a Rafael Correa de los problemas que ocurren casi ocho años después de que dejó el poder y siete años desde que su partidario Lenín Moreno dejó de ser su partidario.

Pues es simple. Los tres principales problemas que enfrenta el Ecuador en la actualidad son los apagones eléctricos, la inseguridad y la elevada deuda pública. Y los tres problemas tienen su origen en las políticas de Correa.

Apagones. La causa de los apagones son la sequía y la reducción de los caudales de agua en las centrales hidroeléctricas. Ya hace siete años advertí sobre los riesgos de que los cambios de la pluviosidad y el deshielo de los glaciares, como efecto del cambio climático, podrían afectar la generación hidroeléctrica.

Decía que dado que el gobierno de Correa había apostado por completo a las grandes centrales hidroeléctricas, era necesario “desarrollar planes y actividades para mitigar los riesgos de que dichas represas puedan verse afectadas por los cambios en la pluviosidad y en la disponibilidad de agua”; y llamaba a impulsar otras formas de energía renovable, como la solar y la eólica.

Pero el problema no se queda ahí. El origen del problema también está en el artículo 313 de la Constitución correísta del 2008, que reserva al Estado “el derecho de administrar, regular, controlar y gestionar los sectores estratégicos”, incluyendo entre estos sectores “la energía en todas sus formas”.

Pese a que el gobierno de Lasso dejó firmados diez proyectos de energía renovable, dichos proyectos no han podido arrancar porque no se ha definido el mecanismo de pago por la electricidad.

Inseguridad. Durante el gobierno de Correa se crearon las condiciones para el fortalecimiento de los grupos de delincuencia organizada (GDO): se organizó un congreso de las FARC en Quito (2008); “Ciudadanía universal” permitió que ingresen sin visa delincuentes extranjeros (2008); eliminación de la base de EE. UU. en Manta (2009); se desarticuló en 2009 la Unidad de Inteligencia Antinarcotráfico (UIES) de la Policía y en su lugar se creó la Senain, una policía secreta para espiar a adversarios políticos; acuerdo con las pandillas Latin King (Aleaga) y Los Ñeta (Norero) en 2009; indulto a miles de narcotraficantes; creciente control por parte de los GDO de las cárceles.

Tras la muerte de algunos capos como alias Rasquiña y Norero, se han producido enfrentamientos entre distintos GDO por controlar territorios, esto disparó la tasa de homicidios en Ecuador.

Deuda externa. En diciembre de 2008, el gobierno de Correa declaró una moratoria, no por incapacidad de pago, sino para manipular al mercado. Esto disparó el riesgo país, y alejó al Ecuador de los mercados internacionales.

Al caer los precios del petróleo desde 2014, en lugar de reducir el abultado gasto público (44 % del PIB en 2014), el gobierno de Correa comenzó a endeudarse agresivamente. La deuda externa pública pasó de $ 8.000 millones en 2009 (13,2 % del PIB) a $ 32.000 millones en 2017 (32 % del PIB).

No convendría volver a elegir a los responsables del origen de estos problemas. (O)