¿Cómo puede vivir si secuestran a un ser querido y no tiene noticias, cómo puede dormir, trabajar, comer? ¿Cómo hablar con sus hijos? Me hicieron esa pregunta y no tuve ni tengo respuestas.

Solo sé que debemos cuidarnos unos a otros, acompañar con empatía, con presencias.

No se trata solo de más policías, más cámaras, más cárceles, más armas, más rejas en las casas, en las calles, en los parques. También se trata de más escuelas y hospitales, mejor educación, se trata del quehacer político, que nos envuelva en propuestas, proyectos para días mejores. Se trata de arroparnos en nuestros miedos y movilizarnos en nuestras utopías.

¿Cuándo terminará el toque de queda en Guayas, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas?

En el encuentro de la sociedad civil realizado en Guayaquil, María Antonieta Pérez Orozco y Juan Sebastián Bustamante, de México y Colombia, respectivamente, hablaron de la experiencia en Medellín y en Iztapalapa. Ambas ciudades han logrado cambios sustanciales en la vida de sus habitantes y han bajado los índices de violencia que las asolaba de manera contundente.

En Medellín, considerada la ciudad más violenta del planeta, el proceso se inició hace más de 20 años. Se involucraron profesionales ajenos al quehacer político partidario y con la convergencia de múltiples actores, comunidades, academia, empresarios, sindicatos, poderes políticos, lograron impactar y generar políticas públicas, sin lo cual los cambios no perduran.

El derecho a la ciudad, a disfrutar y a utilizarla se nutre del derecho a la libertad, a la amistad...

Iztapalapa, ciudad menos conocida por nosotros, es una de las 16 demarcaciones que componen la Ciudad de México, con alrededor de 2 millones de habitantes y la tercera ciudad más violenta del país, con una densidad poblacional de 15.687 hab. por km².

En cuatro años lograron reducir la violencia a la mitad.

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Lo hicieron desde la propuesta municipal liderada por la alcaldesa Clara Brugada. Tiene múltiples iniciativas y está basada en el concepto de acupuntura urbana, que interviene masivamente en zonas populares escogidas estratégicamente con múltiples servicios educativos, artísticos, empresariales, de seguridad, con el fin de impactar en el sector elegido y sectores aledaños. Se han construido 13 Utopías. Unidades de Transformación y Organización para la Inclusión y Armonía social en los barrios con los mayores problemas de seguridad. Cada Utopía tiene centros gerontológicos, de la mujer, bibliotecas, teatros, espacios para talleres y practicar deportes. Son una explosión de color donde la ciudadanía puede instalarse, disfrutar los espacios, admirar, participar. El vecindario participa en la temática clave escogida.

Y se acompañan con los caminos de mujeres libres y seguras, que se realizan en las calles de mayor tránsito peatonal, con amplia iluminación, acompañados de videovigilancia, botones de emergencias y presencia constante de policías auxiliares. Todas las zonas intervenidas tienen las paredes pintadas con hermosos murales de acuerdo a la historia del barrio, cuadra u ocupación de la casa pintada, es una algarabía de color y vida.

Guayaquil tiene en los CAMI propuestas similares, no tan integrales ni integradas. Por eso es gratificante aprender unos de otros.

El derecho a la ciudad, a disfrutar y a utilizarla se nutre del derecho a la libertad, a la amistad, a relacionarse sin miedos, en paz. (O)