El candidato manda a preguntar qué es lo que tiene que hacer para subir en las encuestas. El 91 % de sus electores son usuarios de TikTok y pasan los días prendidos de su celular viendo videos de 10 segundos. Ellos no están interesados en escuchar un mensaje con datos y con argumentos lógicos. Lo que realmente les importa es el baile. Entonces, responden los asesores del candidato: “Tenga usted la decencia de no decir absolutamente nada estructurado y coherente, y simplemente baile con todas las fuerzas de su corazón y caderas”.
El gran problema del Ecuador es que no entiende sus propios problemas.
La economía se ha estancado durante los últimos 10 años por falta de inversión. El Ecuador encabeza la lista de los países con menos inversión extranjera en la región. Nadie quiere empezar negocios en este país. El rígido régimen laboral vuelve inviable abrir plazas de trabajo. Los proyectos importantes requieren de licencias ambientales que son prácticamente imposibles de conseguir. El respeto a los contratos depende de un sistema judicial lento y corrupto. Los ecuatorianos miran TikTok en vez de llegar a consensos básicos sobre reforma laboral, eficiencia administrativa y depuración de la justicia.
Las organizaciones criminales se han tomado el territorio nacional. Los negocios, desde los más pequeños hasta los más grandes, son extorsionados por pandillas. Los delincuentes actúan impunemente, porque controlan a los jueces y a los fiscales. Si son aprehendidos por los policías o los militares, salen en libertad a las pocas horas porque se les conceden medidas cautelares constitucionales. Los ecuatorianos miran TikTok en vez de buscar soluciones para un sistema jurídico que vuelve factible que los crímenes más atroces se puedan cometer sin que sus autores sean sentenciados de forma contundente.
El Estado ecuatoriano no está en capacidad de brindar los servicios públicos más básicos. No es claro que las empresas públicas puedan garantizar la provisión de energía eléctrica o de agua en todo el país en el mediano plazo. El sistema de pensiones está a poco de colapsar, hasta el punto de que, actualmente, el IESS tiene que desinvertir activos para cumplir obligaciones con los jubilados. El Estado consume la mayor parte de su presupuesto en el pago de sueldos y no en la inversión en obras públicas. Los ecuatorianos miran TikTok en vez de llegar a acuerdos para eliminar empresas públicas y concesionarlas al sector privado, reformar el sistema de pensiones y reducir la ineficiencia estatal.
La gran tragedia del Ecuador es que hemos hecho de nuestra democracia una comedia. Por eso, cuando vemos a 16 candidatos a presidente haciendo payasadas en TikTok, no tendríamos de qué extrañarnos. Decía Demócrito que la verdad está en lo profundo. La situación del país es extremadamente delicada y requiere de profundos consensos nacionales para superar sus graves problemas. Pero los ecuatorianos no tenemos ninguna intención de salir de la superficie de TikTok y, entonces, nuestros candidatos tampoco tienen ninguna intención de dejar de mover sus caderas. (O)