Cuando Benedicto XVI, el 28 de febrero de 2013 renunció a continuar como papa, alegó “falta de fuerza mental y física” para los cambios que requería la Iglesia. Entonces, a pretexto de reducir a la Iglesia a solo el culto, se minimizaba su responsabilidad social, se la quería garantista de quienes controlaban poder y riqueza, lo que además en su historia de siglos hay evidencias.

Si ha habido servicios de educación, salud y otras misiones y auxilios. También obispos, sacerdotes y hermanas identificables que han asumido otras causas.

Francisco

Francisco fue elegido papa tras cinco votaciones en el cónclave del 13 de marzo de 2013. En su primera homilía fue enfático al expresar que el verdadero poder de la Iglesia debe estar en el servicio y demandó de la Iglesia que este sea concreto. Hizo referencia a la parábola de Mateo sobre el juicio final (Mateo 25:31-46) –la que resumo– de que cuando el Hijo de Dios ordene separar a unos de otros, como el buen pastor lo hace con las ovejas y los cabritos, a unos los convocará a la salvación eterna “porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a mí”. Los justos preguntarán: “¿cuándo lo hicimos?” y el hijo de Dios responderá: “En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de mis hermanos, aun a los más pequeños, a mí me lo hicieron”. A los que iban a ser condenados, los mandó a apartar: “porque tuve hambre, no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; fui extranjero, y no me recibieron; estaba desnudo, y no me vistieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no me visitaron”. Ellos preguntarán: “¿cuándo no lo hicimos?” y Él responderá: “...en cuanto ustedes no lo hicieron para uno de mis hermanos, aun los más pequeños, no lo hicieron para mí”.

Invitó a cardenales a cumplir el mandato de Cristo, que aun cuando se los llame “príncipes”, prefieran ser llamados “siervos” y actuar en consonancia con esta condición.

Cónclave

La cortesía de recibir a visitantes no le llevaba a silenciar lo cuestionable de aquellos, no se sometió a línea política alguna.

En algunas ocasiones, la línea que asume ser el socialismo del siglo XXI, quiso utilizarlo y no lo permitió. Ejemplificó a la dictadura de Nicaragua como fascista y “guaranga” –en Argentina y otros países, guarango significa incivil, maleducado, grosero, guaso–.

El papa de los pobres

El 11 de febrero de 2025 envió carta a los obispos estadounidenses, demandándoles mayor compromiso ante las deportaciones masivas ordenadas por la administración Trump, considerando que “lastiman la dignidad de muchos seres humanos” instándoles “a no ceder ante las narrativas contra hermanos migrantes y refugiados”. En la homilía del domingo víspera de su muerte puntualizó: “Cuánto desprecio se tiene hacia los más débiles, los marginados y los migrantes”.

Ya están haciéndose las negociaciones entre los cardenales. La Iglesia comprometida, para servir en este mundo, no para la sola resignación en las causas sociales, ¿tendrá continuidad?, ¿o se estará colocando a esta en el sepulcro igual que al papa Francisco? (O)