El cuestionable triunfo de Maduro no solamente constituye una burla para el pueblo venezolano, sino para el mundo entero, que esperaba la avasalladora y evidente victoria del candidato opositor.
Nicolás Maduro: ‘presidente’ de Venezuela
Lo curioso es que si Maduro y sus adláteres estaban muy seguros de su triunfo y no tenían nada que temer, ¿por qué prohibieron el ingreso de los respetables observadores internacionales, adoptando además una serie de medidas restrictivas?, ¿acaso estaría tratando de proteger sus consabidos y maléficos fines?
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No hay duda de que el fraude se cocinaba mientras gente de todas las edades que anhelaba un cambio, aguardaba impaciente y esperanzado, inundando calles y plazas venezolanas y mundiales con un grito desesperado de libertad. Pues es sabido que millones de hermanos se vieron obligados a abandonar su querido, oprimido y maltratado país en busca de mejores días.
Es hora de que los organismos internacionales se hagan presentes y escuchen el clamor del pueblo venezolano y traten de buscar soluciones adecuadas a este conflicto. Confiamos en que la comunidad internacional haga eco de este justo pedido y analice imparcial y minuciosamente voto a voto los resultados de esta escabrosa contienda. (O)
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Fabiola Carrera Alemán, Quito