Estos días, la noticia sobre las cochinillas (insectos parásitos) que invaden nuestros verdes parques, al parecer, ha sido artículo (nota) más de información para las autoridades correspondientes. Esperé un pronunciamiento profesional técnico o académico urgente del organismo medioambiental del país, pero solo interpreto desconocimiento, por su silencio.

Las cochinillas, al margen del malestar invasivo, tienen una misión importante en el ecosistema; por ahora no es el motivo de esta carta. Mi propuesta es tomar en serio la ‘epidemia’. He leído y escuchado propuestas sobre su exterminio con plaguicidas químicos, ¡cuidado! La ciudad está llena de mascotas, palomas, iguanas y fauna silvestre; además su aplicación nos afectará a los humanos que después del COVID–19 aún estamos sensibles. En Europa, se utiliza la última tecnología natural llamada diatomeas, les dejo la tarea de googlear. No cometamos la locura de un procedimiento que hoy en día tiene otras opciones alineadas con lo que todos buscamos: mejorar la Tierra que hemos agredido. (O)

Alsino Francisco Herrera Mejía, comunicador y publicista, Durán