Hace unos días leí una noticia sobre un libro Olvidar a Camus de Olivert Gloag. En él, echa por tierra la imagen de su humanismo, al que le llama falso, y lo encasilla como machista y colonialista.

Albert Camus: Un extranjero imprescindible

Llegar al corazón por medio de la palabra escrita también tiene sus detractores. La concatenación de palabras ordenadas se difuminan en el contexto de una sociedad cada vez más vulgarizada e irrespetuosa con el valor histórico del pensamiento humano.

La peste no fue lo peor

También existe en Francia el virus ‘Woke’, forma de denominar irónicamente a varios movimientos e ideologías progresistas radicales y su tendencia a la censura de opiniones discrepantes mediante la llamada “cultura de la cancelación”. También, en este caso, a Albert Camus lo encasillan en esta guerra de conceptos. Detractores de buenos pensadores, otra postura radical no acertada. (O)

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Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte, Albacete, España