Lamentablemente, al terminar el año, la situación del país es crítica. Por donde se mire hay problemas, crisis, necesidades, mediocridad en algunos funcionarios y comportamientos irracionales.

Preocupan las preguntas que hacen dos periodistas, en medios de comunicación respetables: “¿En manos de quién estamos?” y “¿qué clase de soldados tenemos?”.

El pánico

Las instituciones son el fiel reflejo de lo que son las sociedades. Donde hay responsabilidad, honestidad, esfuerzo, dedicación, cultura, hasta sacrificio, todo funciona bien. Cuando personas apropiadas lideran las instituciones, las decisiones, acciones y gestiones son igualmente las convenientes y apropiadas para solucionar los problemas. No podemos tener el país que nos merecemos si personas sin buena formación académica y sin valores morales han presidido y dirigido las más importantes instituciones.

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Un año difícil

Hace algunos años se relajaron los requisitos de ingreso a las FF. AA., lo que afectó a la moral de los soldados. Sin moral no puede haber Fuerzas Armadas. Los militares deben ser gente de bien, de familias decentes, honestas, de valores y principios; porque ellos tendrán la mayor responsabilidad que puede tener un ecuatoriano: defender la soberanía y la integridad territorial, ser garantes de la democracia y la independencia del Estado. Siempre se puede hacer mejor: la selección, preparación, capacitación y la evaluación permanente de sus miembros y a tiempo desvincular a los malos elementos. En la vida militar se dice: “Siempre hay uno”: el que no cumple bien los deberes y responsabilidades y hace quedar mal al reparto; lamentablemente, a veces, son más de uno.

Preguntas abiertas: ¿Está de acuerdo con el aumento del salario básico unificado para el 2025? (O)

Ha llegado el momento de sancionar a todos quienes hayan hecho daño al país. A los que lo administraron mal y lo empobrecieron. En conjunto, debemos ayudar a hacer un mejor país, donde haya paz, justicia y bienestar. (O)

Francisco Almeida Caviedes, Quito