El mundo de los seguros de salud está conmocionado, el reciente asesinato del CEO de United Healthcare, Brian Thompson, en Nueva York, sigue bajo investigación. Luigi Mangione, de 26 años, ha sido identificado como sospechoso y su captura ha revelado evidencia adicional, aunque los motivos del ataque aún no se esclarecen por completo.

Quién es Luigi Mangione, el sospechoso de asesinar a CEO de UnitedHealthcare en Nueva York

Este caso ha puesto de manifiesto la complejidad y tensión que rodea a la industria de los seguros de salud. El periodista Andrew Tobias, ya había denunciado estas prácticas en su libro Los banqueros invisibles (1984), censurado en Estados Unidos después de circular durante tres años. En él, Tobias describe a las aseguradoras como “máquinas de negar pagos”, calificando al seguro como “el juego más grande del mundo”.

Su obra detalla cómo estas compañías están diseñadas para minimizar indemnizaciones, lo que genera una desconfianza creciente entre los asegurados.

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En Ecuador, el panorama no es muy diferente, especialmente para los adultos mayores. Los asegurados suelen enfrentarse a condiciones abusivas. Una de las prácticas más criticadas es la exclusión de enfermedades preexistentes, aun cuando estas solo pueden ser diagnosticadas por un médico. Además, los hospitales y clínicas están limitados a brindar atención por periodos cortos (30 o 45 minutos), obligando al paciente a pagar por exámenes adicionales que muchas veces resultan en exclusiones permanentes de cobertura.

En busca del seguro más barato

Existen varios ejemplos de exclusiones abusivas, incluso cirugías irreversibles, como una histerectomía total, pueden dar lugar a exclusiones de por vida, pese a que ya no hay órganos relacionados que puedan ser afectados nuevamente.

Por otra parte, cada año las aseguradoras justifican aumentos en las primas debido al encarecimiento de los medicamentos y la mayor expectativa de vida. Sin embargo, esto se traduce en una doble penalización para los adultos mayores, quienes ven reducido su ingreso tras la jubilación.

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Los tiempos de autorización para procedimientos médicos también son críticos. En una experiencia personal fui ingresado en estado grave y la autorización de la aseguradora llegó cuatro horas después. Afortunadamente pude acceder al tratamiento gracias a una tarjeta de crédito.

La crisis de la medicina prepagada

Según datos de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros más del 64 % de las reclamaciones presentadas son resueltas a favor del asegurado. Esto evidencia que muchas aseguradoras operan con criterios cuestionables que perjudican a sus clientes.

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En Estados Unidos, el caso Mangione ha encendido las alarmas. Si no se implementan cambios significativos en la industria aseguradora, podría surgir una situación similar en Ecuador. La indignación crece, y las aseguradoras deben recordar que están aquí para proteger, no para abusar. (O)

Gustavo Zevallos Baquerizo, analista profesional de seguros, Guayaquil