En los primeros días de julio del presente año un miembro del Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, comunicó que el IESS tiene recursos para fondo de la salud solo hasta los siguientes 30 días. El oyente o lector piensa que ya no habrá citas médicas, hospitalizaciones, medicinas, etc. No es más que un aviso para privatizar la entidad y buscar una salida a la crisis que ha venido surgiendo desde años atrás.

El Estado le debe $ 5 mil millones al IESS. Para el Gobierno desembolsar dicha cifra en cuestión de semanas o meses es muy difícil; si es lo hace sería paulatinamente en los cuatro años de su mandato. Recordemos que la entidad ha tenido directores que hicieron pésimas administraciones, esta anomalía se podría repetir con gobiernos de turnos, por tal motivo privatizar la seguridad social lo ven como medida urgente. Pero, ¿privatizar es la mejor opción? La privatización de una entidad pública es transitar de una administración que la preside un gobierno, a la venta o contrato a empresas privadas. Entonces los afiliados ante esta incertidumbre de qué va suceder con el seguro social en manos privadas deben conocer que la Constitución en el artículo 367 dice: “El sistema de seguridad social es público y universal, no podrá privatizarse y atenderá las necesidades contingentes de la población”, y el artículo 369 establece: “El seguro universal obligatorio cubrirá las contingencias de enfermedad, maternidad, paternidad, riesgos de trabajo, cesantía, desempleo, vejez, invalidez, discapacidad, muerte y aquellas que defina la ley”. Esperamos que la Asamblea Nacional no modifique el artículo 369 que más conviene al aportador. El Estado primero deberá reunirse con el gremio de trabajadores para llegar a un consenso con la empresa privada favorecida, para privatizar todo el sistema o un sistema mixto. (O)

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José Antonio Cruz Tobar, Guayaquil