El año se va sigilosamente como la noche al viento. Aún tienes tiempo de recordar y perdonar, olvidar; todo sea por la paz que mereces.

Valora el amor, la vida, las ocurrencias que hacen los niños con alegría al ver a un ser querido, acercarse, escucharle y con instinto natural abrazar, crear afecto. (O)

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Alberto Jaramillo, Guayaquil