Rainer Maria Rilke, el poeta checo en lengua alemana, le contestaba a un joven escritor que no se quejara de la soledad porque hay una soledad que es necesaria y muy grande, la de oírse a uno mismo.
El misterioso y mágico poder del amor
La soledad y el silencio tienen muchas ventajas. Naturalmente no se trata de estar en silencio por antipatía o desinterés, sino de buscar el silencio para procurar encontrar otras llamadas tal vez más importantes, aunque no tan ruidosas: estar en silencio para atender a tus seres queridos, para procurar hacer en cada momento lo que se debe con la máxima atención, para poner interés y cariño para no retrasar lo importante de cada día. ¡Qué fácil es que el ruido estorbe escuchar el sonido de lo necesario! Escuchamos muchas cosas y hablamos demasiado, pero, ¿buscamos tiempo para reflexionar? (O)
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José Antonio Ávila López, Barcelona, España