Desde hace algunos años, el ataque implacable en contra de la fiscal general del Estado, Diana Salazar, ha girado, de manera permanente e insistente, en el supuesto plagio de su tesis de grado. Hasta donde conozco, el principal sustento de la acusación es el hecho de que no constan las citas a las fuentes de donde se obtuvo la información.
La importancia de dar crédito a las ideas ajenas
Todos quienes obtenemos un título universitario recurrimos a obtener información de muchas fuentes, para poder conformar un todo que lleve a las conclusiones a las que queremos llegar en nuestras tesis de grado. Es cierto que es una obligación moral citar las fuentes de manera precisa, como muestra de que respetamos autorías ajenas y además en el caso de que el lector de nuestro trabajo desee ampliar información sobre determinado tema mencionado en nuestro trabajo pueda hacerlo. El hecho condenatorio debe extenderse a todo profesional que cometa esta omisión en su trabajo.
La parte incoherente se presenta cuando un grupo se empeña en condenar el trabajo de una persona por estas omisiones mientras mantiene silencio cuando alguien de ese grupo hizo lo mismo. ¿No sería coherente que critiquen a las dos personas por la misma omisión? (O)
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José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Quito