El 9 de enero la dolarización cumplió 25 años como sistema monetario del país. Esta llegó en un momento de hecatombe política, económica y social, pues años atrás eclosionaron varios factores que postraron al país.

Algunos de los problemas que causaron el problema financiero del país en ese entonces fueron la caída del precio del petróleo; fenómeno de El Niño, que provocó daños importantes en la infraestructura del país y la pérdida de miles de áreas de cultivo; la caída de más del 40 % del sistema bancario de esa época; congelamiento de depósitos; afectaciones al sector productivo, como la mancha blanca al camarón o la sigatoka al banano; quiebra generalizada de empresas; emisión inorgánica de dinero (derivada del financiamiento del déficit vía préstamos del Banco Central del Ecuador); y el inadecuado manejo de la política económica.

Inseguridad jurídica en aportes de vehículos a fideicomisos en garantía

Al final el país vivía una situación económica sin parangón y el Gobierno de Mahuad decidió adoptar la dolarización, más como un salvavidas político antes que técnico, que al final no le sirvió de mucho pues pocos días después, un 21 de enero, fue derrocado. En todo caso, la decisión de dolarizarnos formalmente continuó, vinieron las reformas legales pertinentes y demás pasos para consolidar el sistema.

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Los resultados inmediatos saltaron a la vista, como la reducción de las tasas de interés; estabilidad de precios (la inflación se redujo sustancialmente en los siguientes meses); recuperación del poder adquisitivo; mejora sustancial del salario, entre otros. Sin embargo, hay que tener presente que la dolarización no es una varita mágica que soluciona los problemas; por ello, requiere el flujo constante de dólares hacia la economía, como el aumento de las exportaciones, que se logrará diversificando la oferta exportable y la búsqueda de más mercados (nuevos acuerdos comerciales); las exportaciones están concentradas en pocos productos, la dinámica de acuerdos comerciales se evidencia en los últimos cinco años, seguimos dependientes del petróleo, el rubro minero está despegando a pesar de las dificultades en la aprobación de nuevos permisos, la minería ilegal, los trámites excesivos, etc.

Preguntas abiertas: ¿Qué expectativas le generan las elecciones generales del próximo 9 de febrero? (O)

La atracción de inversión extranjera directa (IED) es fundamental, pero la inseguridad jurídica, las condiciones del mercado laboral, la excesiva tramitología, los problemas constantes entre los poderes del Estado (especialmente entre el Ejecutivo y Legislativo) y demás nos llevan a estar entre los peores destinos de IED en América Latina. Debe garantizarse el ingreso de banca internacional, para reducir las tasas de interés; mejorar los términos de deuda externa (y su tamaño frente a la economía), reducir el gasto público, definir la estrategia para atender la seguridad social, eliminar el impuesto a la salida de divisas, revisar los subsidios, etc. Si bien se aprobaron leyes para “proteger” la dolarización, es vital que la Constitución lo incluya explícitamente.

El Ecuador tiene muchas tareas pendientes en torno a la dolarización y, a pesar de ello, ha salido avante; pero tampoco significa que deben seguir dilatando en hacerlas. (O)

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Jorge Calderón Salazar, analista económico, Guayaquil