En términos generales y como todos los años se esperan lluvias después de diciembre, esto significa que los apagones seguirán; por eso es la importancia de que los dueños de los locales comerciales se sienten a conversar con sus inquilinos para buscar una salida. Al arrendador no le conviene tener un local desocupado ni el inquilino o arrendatario tener que desocupar el local. Lo más viable es renegociar el alquiler hasta salir del “bache financiero”. Parte de la educación financiera es planificar y proyectarse, en este caso de hacer ajustes en el camino. En el mismo sentido, los deudores de la banca necesitarán un respiro financiero, así como se hizo en el tiempo de la pandemia. Es cuestión de activar la normativa para dar un cierto alivio. Recordemos que ni a la banca le conviene que se dispare el índice de morosidad ni los clientes quieren manchar su buró de crédito. Este es el momento para sentarse a renegociar. De esta situación salimos todos, pero debe existir sensibilización y flexibilización de ambos lados. Aspiro y espero que esta situación pase pronto y que sirva de lección para que los proyectos eléctricos a corto, mediano y largo plazo, sin importar la política de turno, deban prevalecer como interés único nacional. (O)

Isabel Toapanta Vera, Guayaquil