El 4 de octubre de 1719, el capitán Luis Felipe Tamayo del Castillo, familiar titular del santo oficio y juez comisario para composiciones y medidas de tierras, citó al cacique Esteban Chamba, a Pedro Vidal y a Lázaro Baca, alcalde y regidor del pequeño caserío de San Antonio, y ordenó delante de tres testigos la publicación de la creación de la ciudad de Macará. A esta fecha, por resolución unánime del Concejo municipal del 2019, se la conmemora el 26 de octubre de cada año, por asuntos logísticos. En la actualidad Macará tiene ciertos problemas.

Se hace indispensable que se construya la segunda etapa del plan maestro de agua potable, ya que la mitad de la población de la ciudad no tiene agua potable. Mientras tanto, el tratamiento de aguas residuales que hoy desembocan en el río Macará crea contaminación y podría dar lugar a una demanda internacional por parte de Perú.

Siempre he soñado con un Macará unido, grande y fuerte. Esta es la hora de Macará.

Por otro lado, se debería declarar a Macará como Zona de Tratamiento Especial y lugar de libre comercio con la aplicación a la Ley Orgánica de Desarrollo Fronterizo. También se debe estudiar la forma de diversificar los cultivos y apoyar la agricultura biogénica.

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Además se debe tomar en consideración rehabilitar el aeropuerto José María Velasco Ibarra, especialmente por el fenómeno natural El Niño, esto también puede ser de gran utilidad para el Gobierno.

Es tiempo de cantar juntos ese himno gigante, ese himno que hace vibrar las más íntimas fibras del alma, ese himno que dice: “¡Centinela del sur tu civismo, es preclara virtud que deslumbra y tu heroico, sin par patriotismo una estela de luz inmortal! (...) quedará tu epopeya en la historia esculpida...”.

Siempre he soñado y sueño con un Macará unido, grande y fuerte. Esta es la hora de Macará. (O)

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Alfredo Eduardo Suquilanda Valdivieso, Quito