Apenas empieza a llover en la Costa salen insectos, por ejemplo las moscas, dado que la basura se observa regada por las calles de la ciudad.
También las ratas salen de las alcantarillas y los solares vacíos. Desde las seis de la tarde, los mosquitos enronchan la piel, sobre todo de los niños. La ciudad necesita fumigación por las alimañas propias del invierno. (O)
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Wenceslao Recalde, Guayaquil