La reciente crisis de energía eléctrica, producto de la sequía, ha instado al Gobierno ecuatoriano a implementar una solución temporal a base de las famosas barcazas eléctricas. Esta solución de cortísimo plazo no nos debe hacer perder la visión del problema de largo plazo de la energía, que el riesgo hidrológico produce en nuestro país, problema que no ha sido debidamente dimensionado y que ahora Ecuador está pagando mediante cortes programados de energía. En los sistemas eléctricos hidrotérmicos, como el ecuatoriano, aunque se instalen muchos megavatios de capacidad en hidroeléctricas, si falta el agua nos podemos quedar sin energía.

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Para manejar el riesgo hidrológico se requiere tener suficiente capacidad térmica instalada de respaldo que permita suministrar energía o disminuir los cortes programados en los casos de sequía extrema. Para ello es necesario mantener en funcionamiento en el sistema eléctrico centrales térmicas eficientes, como las centrales de gas natural, poco contaminantes y turbinas gas-diésel de respaldo con un protocolo de suministro de diésel para casos de sequía, estas últimas son menos contaminantes que las barcazas y estarían en forma permanente en el sistema. La interconexión con Perú, que posee generación térmica barata a gas natural que no depende de la hidrología, también debería ser prioritaria.

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Es necesario tener en cuenta que las soluciones a base de energía solar o eólica no sustituyen el respaldo térmico, y de hecho requieren de un mayor respaldo debido a la intermitencia propia de estas tecnologías.

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Días intensos

El sistema eléctrico ecuatoriano requiere de mirada y soluciones de largo plazo. (O)

José Luis Lima, investigador, Santiago de Chile