Mientras el joven presidente de la República iba de la ceca a la meca buscando dónde comprar energía para que se terminen los apagones, otros funcionarios del Gobierno, como los del IESS y el Biess, siguen haciendo de las suyas, con dos directorios, cuyos integrantes no sirven para resolver los acuciantes problemas de las dos instituciones, mientras los afiliados y los jubilados claman por medicamentos y recursos para subsistir en la crisis que nos ahoga.
Hace pocas semanas atrás, los directivos del IESS, debieron desechar la compra de 500.000 dosis para la diabetes que pretendían comprar a una empresa que se dedicaba en Panamá a la venta de ropa y zapatos deportivos, así como de joyería. Y lo más escandaloso, con un sobreprecio alarmante. Solo el reclamo a viva voz de los medios de comunicación y los afectados por la enfermedad, se desistió de que se concretara la compra.
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Contratos bajo factura, trabajadores y el IESS
Mientras tanto los del banco del IESS, llamado Biess, con otro directorio, se ha dedicado a perseguir a los jubilados que han pedido levanten el bloqueo a sus cuentas, y así poder hacer préstamos quirografarios o novaciones, para atender su escuálida economía, y adquirir los medicamentos de alto costo para sus familiares afectados con enfermedades catastróficas.
La indolencia de los funcionarios del IESS y Biess raya en lo inhumano, mientras tanto, los que desfinanciaron a las dos instituciones, en el periodo de la “década ganada”, se pasean orondos dentro y fuera del territorio nacional, sin pedírseles cuenta de su irresponsable actitud.
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El presidente de la República, que está destinando millones de dólares en su soterrada campaña electoral, pagando cuentas atrasadas y promoviendo el empleo transitorio de miles de jóvenes desempleados, debe exigirles a las autoridades del IESS y Biess que atiendan los reclamos de los afiliados y jubilados, con el fin de llevarles tranquilidad y sosiego. (O)
Francisco Medina Manrique, periodista, Guayaquil