La eterna sabiduría es Dios representado en la energía y conciencia universal. Él vive en los minerales, respira en las plantas, vuela en las aves, camina en los animales, piensa y ama a través de los hombres; tanta humildad, tanta sabiduría que los metales llevan implícito su poder en los átomos, que si los despiertan puedan hacer desaparecer el mundo, el poder de las células, de los cromosomas, de los genes capaces de engendrar un nuevo ser. La sabiduría de Dios es tan grande que con solo el sol es capaz de hacer florecer una primavera, con una tierra que en silencio trabaja para hacer explosionar la semilla y hacer florecer los campos y regalarnos el alimento diario a los humanos y a los animales.
El éxito y la felicidad se construyen
La mayor fuente de energía es el mar, los ríos y el aire. El ser humano casi no los usa porque son energía barata, y lo que el ego necesita es el dinero para crear el conflicto.
El poema Oda a la soledad de Alexander Pope dice en uno de sus versos: “Tranquilo durante el día, sueño profundo por la noche; estudio y facilidad, juntos mezclados; dulce recreación; y la inocencia, que más agrada, con la meditación”.
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La humildad nace de la paz del cuerpo, del espíritu, de la inteligencia, Lao Tse siempre nos recuerda que todos los ríos fluyen al mar porque está por debajo de ellos; la humildad le otorga su poder. David Thoreau resume y dice que la humildad, igual que la oscuridad, revela las luces celestiales; la ignorancia siempre se quiso imponer a la sabiduría.
Recordemos. A Sócrates lo mataron con la cicuta; a Cristo lo crucificaron por Judas y liberaron a Barrabás; a Mahatma Gandhi lo mataron; a Mandela lo encarcelaron; a Martin Luther King lo asesinaron; hay una raza especial de humanos: los tiranos, quienes a la fuerza quieren mantener su poder para enmascarar sus fechorías. (O)
Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro