Insiste el señor alcalde de la ciudad de Guayaquil en utilizar términos nada gratos a los oídos, esta vez para la tarjeta que, de obtenerse en las oficinas municipales, mantiene para quienes la adquieren el valor del pasaje en las unidades de pasajeros que la utilicen para su movilización. Estas tarjetas benefician a niños, adolescentes, estudiantes, personas mayores de la tercera edad y personas con discapacidad. Lo cual no es nada nuevo, por cuanto ya existía en el pasado ese beneficio de tarifa diferenciada en la Metrovía sin el aumento actual que reclaman los transportistas urbanos, para lo cual decretaron un paro parcial de sus unidades en la ciudad de Guayaquil. Al parecer las conversaciones siguen y no han llegado a un acuerdo definitivo en cuanto al alza del pasaje, pero levantaron la medida del paro parcial.
No es fácil, pero técnicamente es posible determinar si el costo del pasaje debe mantenerse o elevarse unos centavos para los transportistas. Hay variables que se pueden determinar, por ejemplo: la distancia recorrida, las paradas obligadas, el combustible utilizado, el número de pasajeros que se suben y se bajan de la unidad, el desgaste de las llantas, el valor de los repuestos y el costo del valor del sueldo del chofer y de su ayudante.
La palabra guayaca sí existe en el diccionario español, pero el significado de esta palabra nada tiene que ver con tarjeta alguna. Podría ser que algunas personas se identifiquen con la palabra guayaca/o, pero no el resto de la población guayaquileña.
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Sucre Calderón Calderón, abogado, Guayaquil