Siempre he pensado en una frase de René Descartes: “Pienso, luego existo”, lo que significa que antes de hacer algo debe ser analizado, y por eso en cada escrito que elaboro me tomo el tiempo para hacerlo y dejar el granito de arena en la tierra.
En su momento, Harvey Milk, activista americano por la comunidad LGBTIQ+, dijo: “No importa cuán pequeño sea tu paso adelante; lo que importa es que des ese paso”. Por eso es que ahora vuelvo a dar ese paso tal y como lo hice en un escrito del 2018 titulado ‘El clóset es para la ropa’, donde mencionaba y expresaba que las personas de la ciudad y del mundo no deben temer en salir del clóset; pero ahora digo que deben hacerlo con precaución, cautela y prepararse emocionalmente ante cualquier dificultad. Harvey Milk decía: “Nadie sale del armario si no hay alguien allí afuera para abrir la puerta”; o sea, las personas deben tener un apoyo real de una fundación que vele por los derechos de ellos y no solo por los de los directivos. Hay una fundación en Mánchester (Inglaterra) donde te acogen y, si tienes depresión por no ser aceptado por tu familia o por bullying, esta organización te apoya emocional y psicológicamente para que sigas adelante; algo que no ocurre aquí.
Neurodivergentes, discapacitados y el transporte público
Harvey Milk dice también: “Nunca se debe tener miedo de decir lo que uno cree”. Por eso escribo esta carta, porque yo creo que ya es hora de que en Ecuador exista un nuevo líder que apoye verdaderamente a la comunidad y que todos se sientan acogidos en ella. Debemos sentirnos acogidos y alzar la voz. Milk decía también: “Venideras generaciones deben aprender a vivir nuestras vidas completamente sin ocultarse nada de lo que somos”; esto es, que todos debemos aprender a convivir con todos, donde incluyo a los neurodivergentes. Debemos respetar a todos por igual. (O)
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Joaquim Alfredo Barragán Rovira, docente de Lengua y Literatura, Guayaquil