En Ecuador, 655.379 (acorde con cifras del CNE con corte hasta el 15 de julio de 2024) jóvenes de 16 y 17 años tienen la posibilidad de ejercer el voto de manera facultativa. Su participación debe ir más allá de la emisión del sufragio, desarrollando un criterio informado y un sentido de responsabilidad ciudadana. En este contexto, las instituciones educativas juegan un papel clave en la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con la democracia.
Las escuelas y universidades deben fortalecer la educación cívica, abordando la democracia, los derechos y deberes ciudadanos, y el funcionamiento del Estado. Fomentar el pensamiento crítico es esencial para que los estudiantes analicen propuestas políticas con objetividad y eviten la desinformación.
Es importante que los jóvenes participen en espacios democráticos, como debates estudiantiles y simulaciones electorales, para experimentar de manera práctica el impacto de sus decisiones. Además, la alfabetización digital debe incluir el uso responsable de la tecnología y redes sociales, promoviendo la verificación de información y el análisis de discursos políticos.
Publicidad
Las intenciones de los presidenciables
La educación en valores democráticos y éticos debe ser un eje transversal, impulsando la responsabilidad social y la elección consciente de líderes. También es fundamental la vinculación con la comunidad, mediante proyectos y diálogos con actores políticos, que acerquen a los jóvenes a la realidad del país.
En conclusión, una educación para la ciudadanía sólida es clave para fortalecer la democracia y garantizar que las nuevas generaciones ejerzan su derecho al voto con conciencia y responsabilidad. (O)
Carlos Manuel Massuh Villavicencio, magíster en Gerencia Educativa, Daule