El canceroso cercano pasado nos dejó un presente en estado terminal, por la corrupción que hizo metástasis en todas las estructuras del Estado, pronosticando un futuro nada prometedor, que debemos heredar a las generaciones venideras. Lo que con bochorno me interpela, respecto a lo que hice o dejé de hacer, para evitar las escandalosas muestras de deshonra pública por parte de funcionarios del Estado a todo nivel y privados confabulados, que sin pudor alguno no solo se han robado los recursos públicos, sino también la reserva moral de los ecuatorianos, dejando una estela de miseria, desazón e incertidumbre en el pueblo, poniéndolo en condiciones de vulnerabilidad ante los mismos canallas que lo deshonraron.
Bloque de mayoría del Consejo de Participación Ciudadana ‘tambalea’ por posturas de dos consejeras
Respondo con hidalguía y vergüenza a cuántas veces el CNE incumplió con sus funciones con anuencia del TCE; lo que se volvió a demostrar en las elecciones anticipadas, con voto telemático fallido. Tampoco grité con fuerza al saber que el Consejo de la Judicatura eternizó a los jueces de su interés que terminaban sus periodos. Le puse poca fuerza a mi reproche al ver la impudicia del presidente del CPCCS, festejando el fallo de un juez de Montecristi (sin competencia) para crear veeduría ciudadana que evalúe al CPCCS transitorio.
Y usted, ¿alguna vez ha tenido el valor de interpelar y preguntarle a su conciencia si convalida o no sus convicciones con lo que hacen los pseudorrevolucionarios? ¿Es usted capaz de confrontarse consigo mismo para tener el valor de responderles a sus hijos por lo que hizo o dejó de hacer, cuando fue testigo de que se estaban llevando descaradamente su futuro, sin dejarles sino miseria? ¿Les podrá mirar a la cara? ¿O usted es uno de los canallas?
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Piénselo bien antes del balotaje. Porque ¡es prohibido olvidar! (O)
Joffre Edmundo Pástor Carrillo, Guayaquil