Quienes amamos la vida, a la familia, al país y sobre todo a Dios, en estas horas que tenemos rumbo a las votaciones del domingo 11 de abril, todos los días pidamos a Dios por el destino del Ecuador.

En la pandemia que puede durar siete años o más, como dicen científicos, hasta que todo el mundo esté vacunado y nadie contagie a nadie; tenemos este problema duro de la salud y su crisis económica. No queremos sumar a esto, insultos, odios, amenazas, divisiones, persecuciones y vejámenes a médicos, profesores, periodistas, militares, policías, ciudadanos..., ni confiscaciones ni cierres de empresas, instituciones, fundaciones, voluntariados, etc., por opinar y pensar diferente. Pidamos a Dios una administración del país que nos una y no desuna. (O)

Paula Aguirre C. , 24 años, Daule