Conciudadanos, para entender y comprender la falencia eléctrica, un malestar trascendental, debemos conocer e informarnos de la obtención, generación y distribución eléctrica de nuestro agonizante Ecuador.
Agradezco la aportación que realiza la prensa con lo relacionado al crecimiento, defensa y apoyo social. Agradezco especialmente a los columnistas de este Diario Gabriela Calderón de Burgos, José Luis Sampietro y Antonio Ayoví por sus expresiones publicadas el pasado 27 de septiembre, tituladas “Historia del sector eléctrico”, “Basta de ineficiencia” y “¿Realismo mágico o trágica realidad?”, respectivamente. Estas opiniones informan el origen del sector eléctrico ecuatoriano y expresan la causa y defensa del malestar de los continuos cortes eléctricos.
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La primera columna de opinión nos informa sobre la creación de la Ley Básica de Electrificación por parte de Guillermo Rodríguez Lara en 1973, que conlleva a la creación de la Empresa Eléctrica Emelec. Esta ley rige en Ecuador desde hace 51 años, llevamos décadas conviviendo con una ley que no conocemos. En opinión de la señora Gabriela, somos uno de los países en el mundo donde la generación de energía eléctrica está totalmente en manos del Estado.
La falencia eléctrica, el declive socioeconómico y el pésimo servicio/función pública ecuatoriana son causa de la falta de una planificación macro basada en metas, objetivos, indicadores e ideales para edificar, proveer, hallar y gobernar las soluciones sociales, pues dicha planificación se da por el presidente y los directivos de turno, los cuales se motivan por sus caprichos y falsas promesas de campañas electoreras, desprecian el criterio técnico del problema y callan aún más las voces de los gremios de los técnicos profesionales, estos que aportan muy poco o en nada con soluciones a los problemas sociales. Los males de nuestra sociedad empeoran aún más porque los gremios de profesionales, los pocos expeditos y aprobados técnicos, no fomentan políticas empresariales que permitan conllevar a un mejor y excelente desarrollo industrial y económico, tal como lo expresa el señor Sampietro en la opinión citada.
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Es muy aplaudible las gestiones empresariales de almacenes Tía y Kia Motors a través de sus proyectos independientes de transformación de energías renovables en pro de la electrificación, mediante la implementación de paneles solares y puntos de carga rápida para sus automotores, ayudando a la generación sostenible de energía. (O)
Alfredo González Vera, ingeniero civil, Guayaquil