El siguiente texto de opinión no fue escrito con el fin de criticar o invalidar las opiniones de la persona que lo escribió ni de aquellos que puedan razonar con ella; este texto analiza la cuestión de la responsabilidad en la prevención de la violencia contra las mujeres en la sociedad y fomenta un cambio en la forma en que se aborda este problema.

Desde principios de mi jornada educativa he atendido a innumerables seminarios y presentaciones sobre la violencia a la mujer y su prevención, en los que se me ha dicho: “No te quedes callada, no permitas acoso, anda con cuidado, etc.”. A primera vista, parecen consejos progresivos, pero nunca entendí por qué se me estaba haciendo responsable a mí del abuso producido por otra persona.

Violencia contra las mujeres en la sociedad

En su texto de opinión, Jhon Alexander Lloré Cuasatar aconseja a las mujeres del Ecuador no quedarse calladas y no permitir el abuso: “Mujeres, nunca guardéis silencio ante la violencia en las calles, no debéis permitir la violencia; cuando reprimes el abuso, apoderas al agresor”.

Publicidad

¿Por qué siempre que tratamos de prevenir acoso, violencia y/o abuso sexual ponemos toda la responsabilidad en la mujer?

A las mujeres se nos dice: “No te vistas provocativa”, “No salgas sola de noche” y “Debes estar siempre alerta”; pero en ninguno de estos seminarios he escuchado que le digan a un hombre: “¡Oye!, no abuses, no violes, no te sobrepases”. En vez de eso, en dicho texto es esto lo que se les dice a los hombres: “No hay razón para abusar de ellas, pero sí hay razón para dejarles disfrutar de la dulzura del mundo”. “Disfrutar la dulzura del mundo” no es algo que un hombre debería permitirme; es algo que a mí me corresponde por derecho.

Cervecería Nacional impulsa la igualdad de género y el empoderamiento femenino

Es hora de redireccionar hacia quién va la responsabilidad y empezar a enseñarlo desde las escuelas; preparar a las niñas para un mundo donde siempre están en riesgo perpetuo por la normalización de estos comportamientos. Mientras tanto, los niños crecen con la creencia de que no son responsables de sus acciones.

Publicidad

La responsabilidad debe recaer en el abusador y no en las víctimas. (O)

Mia Dasha Calderón Santiago, estudiante, Olón