El Ecuador como todos los años enfrentará constantes retos, y el 2025 no será la excepción; lo que plantea diversos desafíos y devela un panorama en que la incertidumbre jugará un rol importante.

Paso al 2025

Hay retos que esperamos alcancen alguna solución, pues vienen arrastrándose desde hace muchos años (y gobiernos), otros que se desencadenan como variantes de los existentes, y como es característico, otros aparecen. En todo caso, empezamos con las elecciones presidenciales que como todo proceso genera pausa en la inversión (extranjera especialmente), pues se está atento a las propuestas de campaña; luego de la primera vuelta, la duda será entre los dos finalistas que plantearán dos modelos y visiones de país distintas (a menos que exista una verdadera sorpresa, es posible vaticinar una repetición del balotaje del 2023); y el riesgo país seguirá en un constante sube y baja derivado de la elección (al menos hasta mayo). Otro desafío será la tan anhelada institucionalidad, esperando que esta se garantice con el trabajo coordinado entre el futuro Ejecutivo y Legislativo, que de existir la mayoría para quien resulte electo como presidente ayudaría en ese propósito. Así también el país está ad portas de las designaciones de las autoridades de justicia (Consejo de la Judicatura y Fiscalía, particularmente), de nuevos Consejeros del Consejo Nacional Electoral, estaremos expectantes del balance de fuerzas en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social que tiene la tarea de elegir a muchas autoridades de control en el presente año, y algunos comentamos anteriormente. (O)

Jorge Calderón Salazar, analista económico, Guayaquil