En la capital de la provincia de Santa Elena desde hace tiempo se conservan tradiciones católicas que forman parte de la Semana Santa. Su población, en su mayoría católica, demuestra su fe al participar en los actos programados.

La procesión

La diócesis conserva esculturas de tiempos coloniales de bellos acabados. Las “andas”, tableros cargados por penitentes, muestran en su recorrido las imágenes de Cristo yacente, La Dolorosa, San Juan y Verónica, que son adornadas con flores y arreglos llamativos de hermosos acabados. Cada anda tiene un comité que se organiza, realizando actividades y pidiendo colaboraciones para presentarse en su procesión por las calles de Santa Elena.

En la década de los años 70, se vivía un recogimiento espiritual de parte de la comunidad católica. Los adultos mayores asistían a la iglesia vestidos de luto eterno, las damas de traje negros y velos de randa, los caballeros con terno negro y corbata,mientras que los niños con vestimentas blancas.

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Nuestra Semana Santa

Un silencio sepulcral se vivía en la ciudad, las familias asistían con libros de rezos y rosarios para rezar en los cuadros de las estaciones y escuchar el sermón de las siete palabras.

Acompañé siempre a mí madre en el recorrido de la procesión de Viernes Santo, que se cumplía iluminada por antorchas, rezando y cantando a lo largo del recorrido. Lo más emotivo de las familias santaelenenses era solicitar a los cargadores de andas, para que acerquen las imágenes a los balcones o ventanas.

La Semana Santa

En familia se lanzaba una lluvia de pétalos de flores, papel picado de colores fúnebres y el mejor perfume que eran rociados en las imágenes que forman parte de la procesión. Con el tiempo se suspendió este ofrecimiento.

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Las calles de Santa Elena resultaban pequeñas ante la multitud que llegaba desde las comunas y ciudades vecinas para participar de la procesión como acto de penitencia, agradecimiento y devoción a nuestro Creador. (O)

Evelio Patricio Reyes Tipán, Santa Elena