Nos pasamos la vida haciendo planes, encontrándonos con amigos que no vemos hace años, “¡tenemos que vernos!” es la frase que más se repite y la que menos se cumple.

Constructivismo y pensamiento crítico

No nos vayamos muy lejos, nuestro entorno, con el que conversamos y compartimos frecuentemente pese a que, en el fondo, quisiéramos que sea más seguido, pero nuestras ocupaciones lo impiden, “¡ya hace falta reunirnos de nuevo!” es la frase repetitiva en estos casos.

Lo más triste ocurre cuando existen diferencias, cuando hay situaciones que nos alejan de las personas, sean amigos o familia, entonces esos planes quedan postergados sin imaginarnos si mañana habrá tiempo, lastimosamente pesan más nuestros intereses que el hecho de compartir, quizás, el último café. No quiero sonar trágica, no es mi afán, pero muchas veces escuchar estas palabras nos ayudan a reaccionar aunque, lastimosamente, solo cuando vives una situación difícil puedes realmente comprender lo valioso que es jamás aplazar ningún plan, ninguna oportunidad de reunirte con tu familia o con tus amigos.

Publicidad

El tiempo

Mi intención con estas palabras es romper esos paradigmas, dejar de repetir, sin pensar, las típicas frases cuando nos encontramos con alguien, dejar de esperar a que algo nos pase para reaccionar, dejar de lado nuestros intereses con nuestra familia o amigos para subsanar diferencias porque, aunque suene trillado, no sabemos qué pueda pasar mañana. Que no nos pese en la conciencia no haber cumplido con esos planes, muchas veces imaginarios, porque no sabemos los planes de Dios ni lo que nos depara el destino. La vida nos sorprende, a mí ya me ha sorprendido varias veces y dejé postergados deseos que no imaginé que no se cumplirían.

Organicemos nuestro tiempo, nuestras ocupaciones, siempre habrá espacio cuando lo queramos, no dejemos pasar ninguna oportunidad de reunirnos, de reírnos, de vivir con plenitud, de tomarnos ese café que puede ser el último porque, si así fuese, serán los mejores recuerdos y no los imaginarios. Vivamos con empatía, muchas veces no sabemos lo que la otra persona pueda estar sufriendo y quizás solo necesite ese café para disipar sus penas, seamos en la vida de las personas lo que nosotros quisiéramos en la nuestra.

‘La revolución de la inteligencia’

No dejemos para después ningún plan, dentro de nuestras posibilidades, y no porque pensemos que sea el último, sino porque nuestra vida estará llena de recuerdos y momentos increíbles que vivirán por siempre en nuestra memoria. (O)

Publicidad

Carolina Cabrera Armendáriz, tecnóloga en marketing y chef pastelera, Guayaquil