El proceso de juicio político a la ministra Mónica Palencia ha sido un vaivén de emociones. Por un lado, un desvanecimiento de la esperanza al ver la forma como se utiliza la política para lograr objetivos partidistas en lugar del común, pues al fin de cuentas ese es el objetivo de la política según Platón, favorecer al bien público.
Asamblea Nacional no destituye a Mónica Palencia, solo se obtuvieron 77 votos
Me pregunto, indistintamente de que no había fundamentos para el juicio político, cómo hay legisladores que piensan que en pleno conflicto armado interno, con evidentes acciones y resultados del trabajo de 10 meses en la lucha contra grupos criminales, destituir a la ministra del Interior, que lidera el Bloque de Seguridad del país, sería una acción política que logre el bien común de casi 17 millones de ecuatorianos. ¡Qué desdicha!
Las democracias de éxito dependen de reglas escritas y no escritas, donde esta última radica en la conciencia compartida de lo que es y no es aceptable para así evitar el caos. La política ecuatoriana necesita un baño de tolerancia mutua y de contención institucional para evitar que aquellos “políticos” que no contemplan a sus adversarios como elementos subversivos se sientan menos tentados de saltarse las normas para mantenerlos alejados del poder.
Publicidad
Juicio fallido: un mecanismo en crisis
Afortunadamente, no todo está perdido. La lucidez, transparencia, objetividad y claridad de los hechos expuestos durante más de dos horas en materia de seguridad nacional por la ministra Palencia no solo fueron una cátedra multidisciplinaria, sino un faro de esperanza, convirtiéndola –entre muchos otros adjetivos– en un guardarraíl de la democracia e institucionalidad que ha sido asaltado por politiqueros sin escrúpulos.
Para los demagogos acorralados por los límites constitucionales, una crisis siempre es una oportunidad de empezar a desmantelar los mecanismos de control incómodos. Como dice Levitsky, al fin de cuentas, esas son las únicas cartas que pueden jugar. Qué alivio saber que las autoridades del Ejecutivo están blindadas de coherencia, buena fe y voluntad para hacer frente a los oportunistas.
¿Se puede votar aún la reconsideración de la votación del juicio político a Mónica Palencia?
El pasado 23 de octubre debe ser un día para recordar quiénes estuvieron del lado de la democracia, de la institucionalidad, pero sobre todo del lado donde se lucha contra las mafias, el terrorismo y la delincuencia. Recuerden también aquellos que no prefirieron crear más caos en un país donde se está combatiendo un conflicto armado interno, que el tiempo los juzgue y las urnas también. (O)
Publicidad
Daniela Febres-Cordero Buendía, politóloga, Guayaquil