Soy una profesional de 48 años y madre de dos niños con discapacidad, que escucha y ve con mucho optimismo que el Gobierno busque apoyar a los jóvenes de nuestro Ecuador, los cuales son el ahora y el futuro de nuestro país, con becas, préstamos y hasta casas. Pero también veo con tristeza e impotencia la falta de empatía e interés hacia los niños, jóvenes y personas con discapacidad, que son más del 15 % de la población mundial, para los cuales no existe ningún proyecto como los mencionados.

Para el presidente Daniel Noboa

La educación es limitada y las pocas escuelas inclusivas que hay son escasas y se encuentran en pésimas condiciones, incluso han colocado en un mismo salón a dos cursos con una sola maestra.

No existe acceso ni inversión para las casas de interés social, obtener un carné del MSP que avale la discapacidad es un suplicio que muchos descartan porque ya lo intentaron varias veces.

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Las dos caras de la moneda

Por último, los centros de atención terapéuticos están olvidados, descuidados y con falta de personal, son limitados y escasos.

Levanto mi voz por quienes no la tienen, la perdieron o ya no quieren hablar. (O)

Dolores García C., ingeniera comercial, Guayaquil