El jueves anterior nuestra selección de fútbol perdió contra Argentina y quedó eliminada de la Copa América. Antes había empatado con México; de este partido lo que llamó la atención fue la discusión entre Caicedo y Gruezo, por un asunto no aclarado, pero sí zanjado con “son cosas que pasan en el fútbol y que en el camerino terminan”.

La Tri volvió a ilusionarnos

Asimismo, hace poco, una periodista extranjera fue despojada de su visa ecuatoriana, por burlarse del himno nacional del Ecuador. Colegas, algunos medios y entidades periodísticas han condenado la determinación gubernamental invocando el respeto a la libertad de expresión y de la inexistencia legal sobre los símbolos patrios. Estoy en desacuerdo con esas opiniones porque, como se sabe, todas las libertades tienen límites aun cuando no se configuren en una ley. Quizás el retiro de la visa no era la mejor sanción, pero unas obligatorias y fiscalizadas disculpas públicas en todos los medios hubiera sido más apropiado.

Incivilidades en Guayaquil

En ese marco de verdades, en días anteriores EL UNIVERSO publicó un editorial sobre lo que calificó como “incivilizado” a lo sucedido en Guayaquil, donde un grupo de mujeres, en sitio público y turístico, se desnuda y baila eróticamente. El Municipio no autorizó el evento, pero no controló. Las cifras oficiales dan cuenta de decenas de escándalos por desórdenes callejeros cada año. ¿Merecen condena estos o hay que defenderlos como libertad de expresión?

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La libertad de expresión y el periodismo

Finalmente, el Gobierno del presidente Daniel Noboa anunció la inserción de las materias Cívica y Ética en la malla curricular, junto a algunas más. Es una decisión acertada que, por supuesto, debe complementarse con otras acciones para el mejoramiento social. Así se evitarán hechos como los anotados, que reflejan la cruda realidad social del país. (O)

Jorge A. Gallardo Moscoso, comunicador social, Samborondón