La inseguridad aumenta exponencialmente al igual que el costo de la vida. Las cifras que presenta el Gobierno no se ajustan a la realidad. Los ecuatorianos confiamos en un presidente joven, sin ataduras ni coyunturas políticas, que sea capaz de frenar tanto a la corrupción como a la delincuencia, que genere noticias positivas y nos dé un poco de esperanza. Nada de eso está sucediendo. Las elecciones se acercan y su popularidad cae en picada. Lo que sí sucedió es que el presidente a pretexto de combatir la delincuencia aumentó los impuestos, redujo los beneficios, quitó subsidios, el país sigue en recesión, el PIB no reacciona y hasta ahora no puede combatir a la delincuencia y al crimen organizado. Si algo puedo rescatar de este período es la nobleza del pueblo. Ningún presidente había podido tomar tales decisiones sin enfrentar graves protestas, pero esta vez no sucedió, el pueblo reaccionó de la manera más preclara posible; entendimos que el país estaba en una crisis insostenible, al borde del abismo y apoyamos, tal y como nos pidió el primer mandatario. Pero como diría un infame expresidente: “¡¿Y ahora?!”. Ahora, además de haber aumentado el IVA y removido los subsidios ya piensa en una reforma tributaria. ¿Acaso no hay nadie que le explique al presidente que el bolsillo de los ecuatorianos no da para más? Daniel, te apoyamos en todas las decisiones difíciles, ahora te toca a ti. Para un rato con TikTok y ponte pilas, que si no el ogro regresa y nos come a todos. (O)

Macario Stefano Rosania Larrea, Quito