El Ecuador de manera inmediata y urgente necesita crecer económicamente y debe imponérsela como una tarea primordial para así dejar el atraso, la incertidumbre, la pobreza extrema, el hambre y la miseria en la que está sumido, de manera profunda, el campesinado, las clases marginales de los cinturones de miserias de las grandes ciudades y de manera incomprensible la clase media, así como la generadora de la riqueza como son los empleados y trabajadores en general.

Debemos tener en cuenta que el dinero es la fuente y el origen de todos los crecimientos. La población en edad de trabajar está estimada en 13,1 millones de personas, y la población económicamente activa es alrededor de 8,5 millones de personas, de estos solo 2’970.116 tienen pleno empleo que rebasan o cobran el salario mínimo vital.

Nueva cita con la patria

En resumen, de los 18 millones de ecuatorianos, según el último censo nacional alrededor de siete millones de personas, entre niños y adolescentes, están fuera del ámbito laboral, pero que demandan los gastos de consumo. En este rango incluimos a los jubilados y pensionistas del IESS, parte sustancial de las economías, porque los 20 de cada mes gastan, consumen y activan la economía, por razones de cálculos comerciales se los debe incluir dentro de los parámetros de la economía con incrementos de pensiones en mayor escala y no los mínimos de los mínimos como hoy ocurre.

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Desde el inicio del 2025 debemos implementar medidas economicistas enfocadas hacia el mercado interno.

Siempre un nuevo plan debe partir o iniciarse bajo un trazado innovador, a fin de encontrar otros resultados, hay que tomarse muy en serio la materia de sueldos y salarios, y para mayor esclarecimiento debemos hacernos una autoevaluación, formulándonos una serie de preguntas que al paso del tiempo no han encontrado respuestas positivas.

Beneficios potenciales al sector agropecuario

¿Por qué son irrisorios los incrementos de sueldos y salarios? Si estos se aumentaran de manera sustancial el poder adquisitivo de empleados y trabajadores haciendo que compren y consuman más servicios, por efectos de rebote, se incrementan ventas, ganancias e impuestos, mayor participación del ahorro nacional con depósitos en bancos, cooperativas y de paso obtienen mayores utilidades los empresarios, los grandes, y pequeños comerciantes diversifican su producción y ventas. De esta forma se reactiva la economía durante todo el año, no como ahora ocurre, que tenemos una economía de compras estacionarias con auge solo en algunos meses, como mayo, por Día de la Madre, junio medianamente por el Día del Padre y diciembre que por la razón directa de la décima tercera remuneración se activan las ventas. Eso debe ocurrir durante todo el año, pero no ocurre por falta de circulante en los bolsillos ciudadanos.

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La reactivación económica tiene como eje principal la estabilidad laboral. Un trabajador estable, anímicamente afianzado rinde más en su trabajo, es un individuo sujeto de créditos en casa comerciales, así como postulante calificado para créditos hipotecarios. Se refinanciaría al IESS y podría existir dinero para la adquisición de medicamentos. Se ampliaría el espectro en el campo de la industria de la construcción, calificada como generadora de industrias. El trabajo empequeñece los delitos y por ende los actos delincuenciales.

La culpa es de la vaca

Todo esto se puede implementar con una dosis de buena voluntad siempre y cuando exista la real predisposición de aplicar dos cosas sencillas, pero eficaces. Tener el interés de servir al país. Comprender que los ecuatorianos merecemos una mejor situación de vida. (O)

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César Antonio Jijón Sánchez, técnico de mantenimiento, Daule