La política paga muy bien. Más allá de pensar en esta aseveración como algo únicamente monetario, es útil para entender que el escenario político nacional reúne tanto a protagonistas como a personajes que, al igual que en la vida, solo se unen al equipo ganador o son simplemente de “reparto”.

Resultados finales de la consulta y referéndum podrían definirse las primeras semanas de mayo

El triunfalismo, así como el oportunismo, no distingue profesiones. Resulta curioso que muchos de los analistas que de manera válida expresan sus pensamientos, defienden sus posturas y argumentan sus posiciones, al día de hoy hagan lecturas que suponen la “obviedad” de los resultados ya dados.

Estos mismos analistas, hace poco, atribuían la popularidad de un mandatario como razón suficiente para garantizar la victoria del sí en el referéndum y la consulta popular.

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Esteban Torres: Sería un suicidio político si los legisladores van más allá de lo que se definió en las urnas respecto a la consulta popular

Las interpretaciones de los resultados siguen siendo las mismas de siempre: “una victoria del país” o “una derrota del Gobierno”. Sin embargo, lo que llama la atención en la narrativa poselectoral son las voces que ven estos resultados como una muestra de “madurez” por parte del electorado ecuatoriano.

Si nos enfocamos en este último punto, ¿podemos decir que realmente refleja un cambio en nosotros como electores?, ¿es este un cambio que deje atrás los extremos y a las figuras políticas para centrarse en los temas en lugar de las posturas? Si esto es así, ¿por qué los personajes del pasado siguen siendo los protagonistas de esta historia?

Consulta y referéndum: los resultados

Es difícil determinar qué perjudica más a la discusión: la fase previa a las elecciones, la campaña activa o los análisis posteriores que intentan reducir las motivaciones reales de las personas a simples etiquetas, a un color o a la defensa de un apellido político hasta la muerte.

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Se ha dicho muchas veces, pero no podría estar mal repetirlo: desde todos los frentes debemos reflexionar sobre lo que aprendemos y lo que dejamos para el futuro de los procesos electorales. Aunque cada postura busque la victoria, es importante recordar que no hay respuestas correctas y que ambas partes deben contribuir a educar en el proceso, no solo a ganar con el argumento de que una postura u otra es la correcta por sobre todas las cosas.

Todo llega a su debido tiempo

Moverse en un absolutismo como el que demanda un proceso electoral como este implica asumir posturas basadas más en la figura que en el argumento político. Decir que los resultados hablan de un voto consciente es dejar a un lado el hecho de que ambas campañas se enfocaron (mayormente) en cosas distintas: desde el oficialismo la seguridad y desde la oposición los derechos laborales y el arbitraje internacional.

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Resulta curioso cómo las posturas y opiniones públicas cambian tan abruptamente, ofreciendo interpretaciones incompatibles con la realidad que puede vivir el país.

Mi interpretación de los resultados de la consulta popular

¿Quién gana y quién pierde? Esta pregunta nos separa y nos lleva a reflexionar sobre si nos referimos a los políticos o al país en su conjunto. La división de posturas existe porque existe la división entre políticos y ciudadanos, y luego entre políticos mismos; por eso no sabemos si ganaron o perdieron o si ganamos o perdimos. (O)

Fabián Alarcón Savinovich, magíster en Comunicación Política, Quito