¡Hoy estamos de fiesta! Por fin, después de casi cuatro años de espera, nuestra asistente doméstica ha sido intervenida quirúrgicamente a través del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.

Cómo reprogramar una cita en el IESS

Conseguirlo ha sido una lucha titánica, en la que esta persona ha recorrido sus múltiples instalaciones –hospital de Los Ceibos, del Día, de Durán, de Milagro y el dispensario Valdivia– en uno de los cuales se le dijo que “un médico la iba a llamar”. Fueron numerosos los exámenes que se caducaron con el tiempo y otra vez se volvía a empezar. Recurrimos –y hablo en plural porque este ha sido un largo problema familiar– a solicitudes directas a conocidos y amigos que no quisieron o no pudieron colaborar; la angustia se instaló en la vida de esta señora, quien caía repetidamente con los clásicos cólicos vesiculares, acudía a Emergencias, le calmaban el dolor y le daban de alta, incluso me parecía una amenaza que le advirtieran que la operación sería con incisión y no laparoscópica. Lo único que veíamos era desidia y quemeimportismo, característicos de esta institución, cuyos médicos parecen haber olvidado el juramento que alguna vez hicieron y cuya única labor es la del menor esfuerzo. ¡Qué pena por ellos! Solo me producen tristeza ante el desconocimiento, escaso profesionalismo y nula sensibilidad de estos.

En dos meses IESS espera adjudicar nuevo sistema de agendamiento de citas

Pero no hay mal que dure cien años y siempre aparece un rayo de luz. En el centro de esta gran decepción apareció una mano ejecutiva de alto nivel, bien intencionada que solucionó el problema en cinco días, lo que las anteriores autoridades no hicieron en cuatro años.

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Parece que respiramos tiempos de cambio, de preocupación, de bienestar y ojalá que esta actitud sea emulada por quienes tienen, quizás, no el deseo, pero sí la obligación de enfrentar con firmeza los problemas de salud de la comunidad. (O)

Rosa Isabel Ansaldo Briones, Guayaquil