Khalil Gibran, el gran escritor libanés, filósofo y poeta, decía que al nacer a cada uno se nos asigna nuestra tarea en el corazón. Esta es la inspiración de un poeta, si fuera Camilo Cruz diría algo como que nada depende del destino, este lo hace cada uno de nosotros, o que “los genios no nacen, se hacen”. Esta es la belleza de la vida, se nos da el privilegio de nacer en medio de millones de posibilidades y ahora que estamos aquí tenemos que buscar qué hacer. Hay miles de posibilidades, tenemos todas las armas: inteligencia que no la tienen los otros animales; conciencia de un ser superior que ya lo hizo todo y que hay que descubrirlo; un corazón que nos acompaña de principio a fin; y una música universal que se hace melodía en el do, re, mi, fa, sol, la, si.

Cada cual según su trabajo

Todo tiene su propósito. Mire cómo los pájaros todos los días salen a buscar su alimento y la de sus crías; miren cómo la tierra en silencio se abastece para alimentar la humanidad; miren cómo los peces aun bajo el agua viven en perfecta armonía; miren cómo el sol hace posible el día, y la luna y las estrellas la noche. Todo tiene un fin y nosotros también. Hay que salir a entonar nuestra propia música, no importa la intensidad, lo importante es oírla.

El mejor regalo de Dios es el amor

Estamos dotados de un cerebro con dos hemisferios como universos. El izquierdo calcula, analiza, piensa, se inspira en el ego, en la materia. El hemisferio derecho es romántico, espiritual, su objetivo es el amor, el espíritu conectado con el amor que es la energía que mueve al mundo y que es eterno e infinito, esa es la disyuntiva del ser humano: o se va por lo mundano o por lo eterno e infinito.

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Confía en ti mismo

Henry David Thoreau decía que si un hombre no va al mismo paso que sus compañeros quizás sea porque oye un timbal distinto, lo mejor es poner inteligencia al corazón y hacer funcionar la razón antes de entregar el corazón. (O)

Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro