El sistema de la Metrovía da un servicio equivocado, en realidad debería llamarse servicio de carga y no de pasajeros, por la forma de operar, se pasa en la capacidad de transportación.

Da la impresión de ser un cementerio de carros por la cantidad de buses que se observan parqueados, y cubren rutas como cualquier negocio de transporte. Pienso que la idea será que entre menos vueltas diarias dan, menos será la cantidad de combustible que utilizan, por lo que toca esperar a los pasajeros 20 minutos que pase una unidad, con lo que se ocasiona aglomeramiento de usuarios que desean usar el bus, rebasando todos los límites de protección, seguridad, al pasajero. Además por el exceso de pasajeros que llevan, se puede decir que es una ‘fábrica de COVID’, también una escuela de especialidad para los que practican arranchar los bienes ajenos, y lo digo porque en carne propia tuve esta experiencia al usar este servicio, entrando, me robaron el celular y no solo eso, sino que me hicieron caer; por lo que personas caritativas me recogieron y me dieron un asiento, lo que me permitió en unos minutos recobrar mi estabilidad, pero ya no tenía el teléfono celular ni el poco dinero que llevé. Inmediatamente fui a la empresa de celulares a reportar este hecho para que bloqueen el chip y me den uno nuevo, y tengo que comprar otro teléfono, ya que en la actualidad se ha convertido en una necesidad por cualquier actividad que se realice.

Ojalá Dios permita que algún ser humano con deseos de servir, se ponga al frente en la dirección de este servicio de transportación. (O)

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Colón Vicente Quiroz Ferruzola, Guayaquil