El Adviento que está desarrollándose es el tiempo de esperanza para poder celebrar la Navidad, no con regalos, borracheras, comida hasta empacharnos, reuniones para conversar, lucir ropa, joyas, contar chismes.

El Adviento es la venida de Jesús, nuestro Salvador, Dios. Son los días importantes para recordar nuestro pasado, el presente y prepararnos para nuestro futuro como cristianos, para ganar el cielo. Sin embargo, nos dedicamos a correr a 100 kilómetros por hora con los planes de fiestas, compras, viajes, encuentros sociales, llenar la casa de focos, adornos, caretas de Papá Noel, recorrer solo tiendas, centros comerciales, peluquerías, centros estéticos, etc.; y una vez en el 24 de diciembre ir al templo quizás al acto religioso, y correr a la casa para brindar, cenar pavo, abrir regalos, amanecerse, y dormir todo el día 25 de diciembre, en la Navidad. Todo esto es echar al tacho el tiempo de Adviento y desperdiciar la Navidad. (O)

Marlene de Campaña, Daule