La nueva genialidad del Ministerio de Energía es impulsar la generación de electricidad a base de gas natural, en un país que importa gas y exporta electricidad; es decir, que el proyecto se sustenta en importar lo que nos falta para producir lo que nos sobra.
Debemos recordar que este es el mismo ministerio que sigue justificando la hipoteca de nuestros futuros ingresos petroleros con ventas anticipadas y que no quiere rendir cuentas al propio Estado ecuatoriano por los pagos para el uso del OCP, lo cual inclusive ya motivó la intervención de Contraloría. Sumemos que, mal o bien, el país lleva más de una década tratando de salir del uso de los combustibles fósiles produciendo energía limpia con las hidroeléctricas que, aunque cuestionadas y a media llave, están funcionando, dejando de lado la generación termoeléctrica con diesel y búnker. Aunque deben haber sendas justificaciones administrativas y burocráticas para semejantes entuertos, lo lógico sería potenciar a su máxima capacidad lo que ya tenemos y pagamos, y que incluso se quiere vender para obtener liquidez y conseguir alguien que pueda garantizar su operatividad en tiempos donde el dinero escasea. (O)
Carlos Cortaza Vinueza, abogado, Guayaquil