Respecto a la ‘conmoción’ provocada por la decisión gubernamental de suspender el bachillerato internacional (BI), el hecho de estar cursándolo no garantizaba que el estudiante pudiera acceder a esa certificación, ya que primero debe superar las pruebas de la OBI. En el caso de los establecimientos educativos fiscales, los porcentajes de graduación son bajos, de menos del 2%, y en otras experiencias existen promociones con cero graduados. Es decir que el Estado a través de los contribuyentes financiaba fracasos.
Durante todo el tiempo que los planteles fiscales han ofertado el BI no informaron al público que un estudiante obtuvo la nota más alta para acceder a la beca que del OBI en Inglaterra. Inclusive el bachillerato internacional provocó discriminación entre sus estudiantes y los chicos del bachillerato en ciencias, porque se les imponía hasta uniforme diferente.
El diploma de BI no es reconocido en universidades ecuatorianas para las cuales rigen las normas nacionales y el requisito de la prueba Senescyt; es decir, no hay acceso directo como se dijo. Argumentando la baja calidad educativa que mostraban los bachilleratos en Ecuador, el OBI inventó solo para Ecuador el pre-BI, cuando en el mundo solo existe primero (segundo BGU) y segundo (tercero BGU) de bachillerato internacional. Muchos funcionarios del Ministerio de Educación relajaron las normas y permitieron la oferta del BI en instituciones educativas fiscales con oferta técnica; pese a que la ley y normas de la OBI recomiendan hacerlo únicamente en instituciones educativas con oferta de bachillerato en ciencias. Esta arbitrariedad dio paso a que colegios inventen el bachillerato internacional en contabilidad, y que colegios técnicos distorsionen la oferta educativa. El BI deja en libertad la posibilidad de que cuando un estudiante no quiere seguir el programa se salga; asimismo, cuando su rendimiento no responde a las metas; pero al crear en un colegio técnico el BI, un estudiante no puede ser reubicado en bachillerato en ciencias, porque la ley prohíbe el traslado de especialización técnica a ciencias.
Es obligatorio que el Ministerio de Educación publique los resultados de la auditoría de la OBI a los planteles fiscales que ofertaban BI, porque aquello daría validez a detener el despilfarro del dinero de los contribuyentes en una costosa farsa llamada bachillerato internacional en los establecimientos públicos. (O)
José Teófilo Villón Barros, Guayaquil