Todos saben algo sobre el cristianismo, la religión fundada por Jesucristo, que se hizo cultura. Unos admiran sus frutos, o sienten desprecio debido al desconocimiento de la belleza y la alegría del Evangelio, o por la incoherencia de cristianos, o porque es como un espejo y, por soberbia o desesperanza, no quieren ver reflejada su fealdad moral.
Los que siguen a Jesús de Nazaret saben que es verdadero Dios y también verdadero hombre. Se trata de la segunda persona de la Santísima Trinidad que se encarnó en el seno de la Virgen María santísima para pagar, a la justicia divina por nuestros pecados, para que estos no fueran obstáculo para nuestra salvación si hay arrepentimiento. Es un misterio de amor que el ofendido, Dios, pague por las ofensas. Se conmueve el corazón cuando se piensa en la misericordia divina, siempre dispuesta a perdonar sin reservas. La religión cristiana tiene dos mil años y millones de seguidores. Tiene repercusión en el mundo por sus obras socio-caritativas.(O)
Josefa Romo Garlito,
España