Ecuador es uno de tantos países democráticos, sin embargo víctimas atrapadas por una tenaza política: instrumento compuesto de 2 brazos que sirve para inmovilizar a las naciones:
Un brazo es el proceso electoral que hace depender las elecciones de la propaganda y, con este fin, del dinero privado para pagarla, resultando que los candidatos compiten en desigualdad según el dinero del que dispongan, impulsando además su reelección, y la corrupción. Encubiertos como aportantes a la campaña “compran” el puesto en las listas de consejeros, concejales, diputados, y hasta ministerios y superintendencias, embajadas y consulados. Esta es la historia. Los más capacitados para gobernar: universitarios y politécnicos, han sido impedidos de acceder al poder político, que se supone gratuito. La solución es ya conocida: que sea el Estado quien pague a diarios y canales de radio y TV, limitándose a presentar al pueblo los candidatos mediante espacios y tiempos iguales; foto y antecedentes suministrados por cada uno, bajo juramento. Será suficiente media docena de veces. Hoy, en Estados Unidos una campaña presidencial requiere 2 o 3 mil millones, mínimo. En Ecuador, 25 millones.
Otro brazo de la tenaza es la inseguridad jurídica. En general, los jueces fueron elegidos, y deben serlo, por el Poder Legislativo. Porque es el único de los 3 poderes en el que concurren todas las fuerzas políticas. En Estados Unidos se admite que el presidente de la República proponga candidatos. Debiéramos meditar en esto y también en que se admita, como jueces y fiscales, a famosos abogados extranjeros, por no estar vinculados o expuestos a intereses económicos nacionales. Ecuador tuvo períodos en los cuales el Poder Judicial gozó de independencia y fue el único estable. La dictadura militar de los 60 del siglo XX consultó imponer una suerte de conscripción que impusiera a los más destacados abogados la obligación de prestar servicios en la Corte Suprema con el salario minúsculo de un juez. A simple vista, primero el petróleo desde 1972, y segundo el narcotráfico, infectaron al Poder Judicial. Un presidente retuvo el Poder Judicial con tanques de guerra. Desde 2007 la dictadura solo por excepción produjo jueces honestos. Desde 2008 el ogro judicial tuvo 2 cabezas: la Corte Nacional y la Corte Constitucional, y es el que genera la inseguridad jurídica que aísla a la nación. Últimamene se ha hecho bien en evaluar y destituir a los dos tercios de la primera y reemplazar íntegramente a la segunda Corte; descubriéndose algunos casos de enriquecimiento ilícito. Ojalá que la Corte Nacional no incurra en el mismo defecto de inadmitir a ciegas, que cometió la Corte Constitucional.
Mientras el proceso electoral esté determinado por la propaganda y pagada por el dinero privado y los jueces sean elegidos por un Legislativo cuya mayoría carece de mérito, Ecuador seguirá atenazado, inmóvil y no grato a la inversión extranjera. (O)