Les digo señores..., aunque creo que este adjetivo les queda muy grande porque señor es sinónimo de caballero respetuoso, digno, noble, hidalgo, distinguido; pero lo que hacen al convocar –cada vez– a protestas, es indigno, es seguir el juego a organizaciones indígenas, autores e iniciadores de un paro que masacró al país por once días y cuyas cuantiosas pérdidas no son capaces  de reconocerlas ni de pagarlas. 

Cierto dirigente, haciendo alarde de liderazgo enfermizo y en tono beligerante, anunció que iba a crear su propio ejército y conminó a la ciudadanía indígena a salir nuevamente a las calles como señal de protesta si no se cumplían sus peticiones. Una persona noble, respetuosa y honrada no incita a la barbarie, no destruye ni a la patria ni a los bienes ajenos; no causa dolor ni angustia  a las personas, porque la violencia es propia de los seres irracionales. Utilicemos la palabra como bandera, ella ennoblece el alma. Actuemos como señores, como personas dignas, elevando los valores éticos, morales y cívicos. La patria nos lo agradecerá.(O)

Myrna Jurado de Cobo,

Guayaquil