Desde hace muchos años, el agua cruda para el riego y el agua potable para el consumo humano es una gran deficiencia que tiene la provincia de Santa Elena y que incide directamente en el poco desarrollo de las extensas tierras dedicadas al sector agrícola, pues las escasas áreas son aprovechadas durante los meses de alta pluviosidad o de lluvia que ocurren entre los meses de enero y mayo de cada año, puesto que los ríos o acuíferos son de caudal permanente, especialmente en la zona norte de la provincia.

Una de las principales necesidades en zonas deforestadas es, sin dudas, el recurso hídrico ya que su uso es fundamental e imperante para el desarrollo agrícola, productivo y económico de los habitantes de la reciente provincia peninsular. En la actualidad, los habitantes dedicados a la agricultura se ven impedidos de continuar con su labor durante los meses de sequía comprendidos entre mayo y diciembre, afectando su economía familiar, lo que ha causado la permanente migración a otras ciudades del país. Esto motivó al joven prefecto José Daniel Villao a tomar cartas en el asunto y tratar de remediar este cíclico fenómeno natural.

La administración de la Prefectura de Santa Elena en cooperación con la Empresa Pública del Agua (EPA) mantienen en la actualidad la ejecución de un proyecto que busca desarrollar el potencial agrícola y pecuario del valle del río Javita, ubicado en la legendaria parroquia Colonche, utilizando el agua embalsada en la presa San Vicente, proveniente del trasvase de agua Chongón-Santa Elena. Luego de permanecer tantos años sin el líquido vital, los agricultores de Colonche tendrán almacenados más de 40.000 metros cúbicos de agua en cada uno de los 11 reservorios construidos para tal efecto, de aproximadamente 12 hectáreas, lo cual permitirá disponer del recurso hídrico durante todo el año, de manera continua, que habilitará aproximadamente 3.000 hectáreas de tierra de uso agrícola, beneficiando a los habitantes de esa parroquia. Con la infraestructura hidráulica construida, se estima que esta realidad beneficiará a más de 1.500 familias establecidas de la zona en las comunas de Manantial de Colonche, Manantial de Guangala, San Marcos, Bajadita de Colonche y la Asociación Agropecuaria de Colonche. Hace pocas semanas tuve la satisfacción de constatar la ejecución de dichos reservorios. Es una realidad que cambiará la historia de este sector, abandonado durante décadas.

La Prefectura tiene listos los estudios para dotar de sistema de riego de agua cruda y producción a toda la provincia. Prueba de ello son los estudios de Juntas-Cienega para la zona sur de la parroquia Chanduy; los de Sube y Baja-Pedregalito, para las zonas central y oeste, que corresponden a las comunidades de Sayá, Juan Montalvo, San Vicente, El Morrillo y Atahualpa; también los de la presa El Suspiro, que habilitaría unas 2.000 hectáreas en el valle del río Valdivia. Se hará realidad la utópica frase “volver los ojos al campo”. Los peninsulares tenemos muchas expectativas y tenemos que arrimar el hombro. (O)