En un video difundido ayer, los excomandantes de las FARC Iván Márquez, Jesús Santrich y el Paisa anuncian su retorno a la lucha armada “en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana”.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) se alzaron en armas en 1964 buscando transformaciones económicas, sociales y políticas. 52 años después de violencia y muertes firmaron con su gobierno el acuerdo de paz, que les permitió acogerse a un tribunal especial que otorga penas reducidas y garantía de no extradición para acciones guerrilleras cometidas hasta el 2016, convertirse en partido político y obtener escaños en el Congreso. Sin embargo, Jesús Santrich, quien accedió al Senado, se vio involucrado en un envío de cocaína, fue sometido a la justicia común y fue solicitada su extradición, sin llegar a concretarse.

Márquez dice perseguir, con las armas, cambios estructurales para Colombia, despreciando la oportunidad de participar democráticamente como partido político. La Fundación Paz y Reconciliación había advertido que disidentes estaban en un proceso de “bandolerización” sin carácter político. El pueblo colombiano no merece que nadie apoye tal despropósito disfrazado con tinte ideológico. (O)