Una cal y otra de arena, frase antigua, de origen popular. Significa que en cada situación se presentan aspectos positivos y negativos en forma alterna. La cal sería el aspecto negativo y la arena el positivo, o dicho de otro modo, la cal sería la menos buena y la arena la no dañina.
¿Por qué se ha empleado estos dos elementos? Porque de la mezcla de los dos se produce la argamasa que los antiguos empleaban como un material imprescindible en la construcción; la cal, siendo más consistente, necesita de la arena que es más ligera para contrastar. La cal incluso se consideraba peligrosa en el contacto directo con las personas, por lo que los obreros al usarla debían cubrirse con una mascarilla para no inhalar el polvo que desprendía, bastante peligroso sobre todo para las vías respiratorias. ¿Qué pasaba si había en exceso la cal? El resultado era una mezcla de mala calidad y la obra era deficiente. De manera que según el dicho, para que algo tenga un final perfecto deben concurrir los dos elementos, o dicho en otras palabras, lo bueno y lo malo. Si quisiéramos aplicar este refrán a la situación actual del Ecuador no podríamos hacerlo porque más son las paladas de cal que las de arena que recibimos cada día. ¿Será que estamos haciendo mal la masa en este país y por eso no salen buenas bases para tener buenos cimientos, para que las construcciones, llámense estas familias (hombre-mujer-hijos), sociedad, pueblo, estén defectuosas? Para quienes pintamos canas nos llama la atención tantos cambios negativos, a nuestro modo de ver, por ejemplo, la reciente aprobación del “matrimonio igualitario”, amén de otros cambios en lo social, en lo moral en lo político, que no van de acuerdo con la forma cómo nos educaron nuestros padres y profesores. ¿Qué les espera a nuestros nietos? Esa es la pregunta frecuente que escucho entre personas que tuvimos la suerte de recibir una de cal y otra de arena, lo que nos ayudó y también fue escuela para nuestros hijos y ahora para los nietos. Tratemos de hacer bien la masa, no olvidar la proporción, recordemos que si va más cal, la mezcla sale imperfecta.(O)
Elvira G. Morla Larrea,
abogada, Guayaquil