“Me lo diseñó mi esposa antes de venir al Giro. Es especial. Ella es el amor de mi vida y siempre me ha apoyado”.

Tania y Richard Carapaz se conocieron en la escuela cuando ella tenía 14 años y él 16, y pese a lo duro de las separaciones por los entrenamientos, Tania afirma tener el honor de ser su esposa y acompañarlo en sus sueños sin tener meta alguna.

Tania es la maquinista de la Locomotora de Carchi.

Estimada Tania de Carapaz:

Su apellido de casada ahora no es cualquier apellido, es el que hoy por hoy genera mayor orgullo en los ecuatorianos.

Usted es la mujer del primer compatriota en ganar el Giro de Italia, me imagino su angustia en cada pedaleo que terminó en encarar la contrarreloj con un minuto y 54 segundos de ventaja sobre Nibali. Su hombre se coronó campeón rotundo.

Me enteré de lo del crucifijo y escuché que mientras su marido competía, usted decía: “Ojalá no le pase nada malo”. Una justificada preocupación luego de que su Carapaz haya sido expulsado de los Juegos Bolivarianos del 2017 por embriagarse el día de la inauguración del torneo.

En esta ocasión su “amuleto”, el crucifijo, le dio más que suerte, bendiciones. Creo que en la competencia final hasta el mismo Dios empujaba la bicicleta del chico de la maglia rosa. Su esposo se dejó ver con toda la humildad del mundo y con toda la calidad de un escalador completo.

El 29 de mayo su marido estuvo de cumpleaños, ese día recorrió los 181 kilómetros de la etapa 17 del Giro, no hubo celebración. La fiesta quedó reservada para el 2 de junio, ahí todos los ecuatorianos y muchos latinoamericanos festejamos con orgullo el nacimiento de un campeón.

Qué buena forma de recibir los 26 años, junto con su familia que lo admira y lo acompaña y con todo un país orgulloso del chico de Carchi que primero supo ser paciente, luego atrevido hasta catapultarse como un ciclista indestructible.

Su suegro, Antonio, no se imaginaría que su oficio de chatarrero haría que su muchacho tuviera una vieja BMX y pasara de pedalear su primera bicicleta sin neumáticos a ganar el Giro de Italia.

Qué motivación habrá sido para Richard verla a usted el domingo en primera fila cercana a la meta donde desgastó el pavimento y se dejó ver como una locomotora sin frenos.

Mis más sinceras felicitaciones,

P. D. de Ruth: En la víspera del Giro, Tania le envió a Richard una foto del infinito, y le dijo: “Vas a escribir tu nombre en este trofeo, es lo que más deseo”. La Locomotora sigue su marcha empujando con orgullo vagones llenos del amor de sus padres, su mujer, sus dos hijos de 2 y 5 años e intentando encarrilar con ejemplo a la niñez, a la juventud y a todo un país que escuchaba incrédulo pero que quedó estupefacto al ver que “los sueños sí están para cumplirse”.

Gracias a Carapaz y a su combo. (O)