El grillete tiene su historia a través de la humanidad. Era bolas de acero con cadenas, colocadas en las piernas de los condenados a prisión, que limitaban el desplazamiento; su uso implicaba culpabilidad de delitos contra la sociedad, aplicados también a quienes pensaban dist into al emperador o dictador, como medida represiva y humillante. Se lo ha llamado esposas, cepos, y a medida que ha pasado el tiempo se le ha dado una nueva forma a su aplicación.
Con las nuevas tecnologías se suprimieron las pesadas cadenas en los grilletes, siendo ahora ligeros, portátiles, de geoposicionamiento, conocidos como grille tes electrónicos o brazalete o tobillera electrónica. En el país recientemente se utiliza este aparato como medida cautelar y sustitutiva a la prisión preventiva, por un delito o libertad condicional, en aplicación del artículo 522 del COIP, Código Orgánico Integral Penal, que permite aplicarlos en todos los delitos; no hay límite de desplazamiento para quien lo lleva puesto, y con esta modalidad ya hay más de 2.862 personas sentenciadas. Personalmente no creo en la efectividad de este aparato, y los ejemplos comienzan a demostrar que no hay seguridad ni control en los beneficiarios, porque estas son personas cometedoras de delitos, como las 1.104 detenidas, cometiendo delito nuevamente, portando el dispositivo que quizás apenas funcione 24 horas, y no es una cámara que permite grabar el comportamiento o la actividad del portador. ¿Qué puede pasar mientras está descargado el grillete? Es necesario que la institución encargada de administrar justicia realice estudios más adecuados para dar una mejor opción de seguridad y no afectar a la ciudadanía, para evitar que quienes han sido judicializados cometan otra vez delito en las calles, porque a pesar de llevar el dispositivo lo pueden hacer.(O)
Robespierre Rivas Ronquillo, periodista, Guayaquil